Este concepto se usa en el contexto de la Economía y las finanzas públicas.
Llámase así a la política de no intervención gubernamental en el Comercio Internacional para dejar que tengan plena vigencia los beneficios que proceden de la división del Trabajo y de las Ventajas Comparativas que tienen las diferentes naciones. Tal política permitiría una óptima asignación de Recursos a escala internacional.
A pesar de las fuertes razones teóricas que avalan al librecambio éste nunca ha sido seguido plenamente por casi ningún país, y mucho menos por la comunidad internacional en su conjunto: los gobiernos suelen imponer diversas restricciones al Comercio Exterior ya sea para obtener Ingresos aduaneros -como sucedía especialmente en el siglo pasado- o para favorecer a ciertos sectores económicos y sociales. Así, los argumentos a favor del Proteccionismo han insistido siempre en la Necesidad de defender los intereses de los sectores rurales, de promover la Industria local o de garantizar el Empleo de quienes dependen de tales actividades económicas.
Las medidas proteccionistas favorecen claramente a un núcleo o sector definido de personas, en tanto perjudican, pero de un modo difuso, al Consumidor en general; el librecambio, por otra parte, actúa de un modo simétricamente inverso.
El hecho de que los sectores favorecidos puedan ejercer una fuerte presión política a favor de sus intereses y de que, por otro lado, los Consumidores en su conjunto no puedan hacer valer del mismo modo su preferencia por productos más baratos, explica en gran parte la dificultad que ha tenido el librecambio para extenderse de un modo mucho más amplio.
No obstante, puede afirmarse que en las últimas décadas se ha producido un mayor reconocimiento de las ventajas que procura esta política.
En inglés free trade.
Ver GATT, Proteccionismo; Ventajas Comparativas.
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