Este concepto se usa en el contexto de la Economía y las finanzas públicas.
En teoría económica se atribuye al comportamiento de los agentes económicos criterios de racionalidad, lo que equivale a sostener que los agentes individuales se ajustan a una conducta optimizadora, tendiente a maximizar o minimizar sus distintos objetivos.
Así por ejemplo, el Consumidor individual intenta maximizar la satisfacción que obtiene del Consumo de aquellos Bienes y servicios que puede adquirir con un Ingreso dado.
Es decir, considerando los Precios de los Bienes y su Presupuesto, adquiere aquella canasta de Bienes que eleva al máximo su satisfacción. Por otro lado, el Empresario, considerando los precios de Factores de Producción y los Precios de los Bienes que puede producir, utiliza aquella combinación de factores que con los mínimos Costos posibles le permita generar un cierto volumen de producción de manera que maximice sus Utilidades.
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