Expresión utilizada en Macroeconomía, a nivel de los agregados económicos y monetarios.
Relación entre las Rentas o Ingresos del Consumidor y la parte que éste destina a los Gastos de Consumo. El concepto fue acuñado por Keynes en su Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero, en 1936.
Toda unidad consumidora, a un determinado nivel de Ingresos, destina una parte de los mismos al Ahorro y otra parte a los Gastos de consumo. La relación entre ambos componentes depende de actitudes subjetivas y culturales, así como de las Expectativas que tengan los Consumidores en cuanto a la marcha futura de la economía. Pero depende también, y en una medida importante, del propio nivel de Ingresos: a medida que éstos sean mayores aumentará también el Consumo pero, por lo general, lo hará de un modo menos que proporcional, pues diversas necesidades estarán ya satisfechas. Lo contrario ocurre con el Ahorro: a niveles muy bajos de Ingresos el Ahorro será nulo pero, a medida que los Ingresos asciendan, se destinará una mayor proporción de los mismos al Ahorro. Cuando se analizan los cambios relativos del Ahorro y del consumo ante cambios sucesivos en el Ingreso, se habla entonces de la propensión marginal al Ahorro y al consumo.
La importancia de este concepto en la teoría keynesiana reside en que, si por cualquier razón aumenta la actividad económica y, por lo tanto, el empleo y la Renta, el Gasto de consumo adicional que se generará será insuficiente para sostener la Renta y el Empleo al nuevo nivel, a menos que aumente también de modo proporcional la parte del Ingreso destinada al Ahorro, que es el que permite realizar nuevas inversiones.
En inglés propensity to consume.
Ver Ahorro; Consumo; Propensión.
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