Milton Friedman es, ante todo, un monetarista. Su principal lucha intelectual fue contra el keynesianismo en el momento de máximo apogeo de éste, en la década del 50. Muchos creyeron que la depresión de los años 30 había sido un fracaso del capitalismo y llamaron al gobierno norteamericano para que corrigiera los enormes males del modelo. El más influyente economista de ese período fue, precisamente, John Maynard Keynes, quien insistía en que el gobierno podía moderar y hasta eliminar los ciclos económicos interviniendo en la economía.
Pero mientras Keynes confiaba en ello, Friedman fue uno de los pocos economistas, junto a miembros de la escuela Austriaca, que en esa época plantearon lo contrario. En su pensamiento está claramente marcada la desconfianza en las intervenciones de la autoridad. Para él, la labor del gobierno debe centrarse en garantizar la existencia de un marco financiero estable, y no en tratar de influir en el desarrollo de los acontecimientos mediante actuaciones direccionales.
Pero no cabe duda que el tema monetario fue la materia que más interesaba a Friedman. Su Historia monetaria de los Estados Unidos, probablemente más que ningún otro texto, forzó a la profesión económica a considerar seriamente el Monetarismo. La evidencia que intentó presentar el autor era que los mayores ciclos macroeconómicos de la historia estadounidense habían tenido su origen en shocks monetarios, muchas veces incrementados por la mala actuación de la autoridad monetaria.
La contribución anterior dio pie al desarrollo de la muy influyente "Escuela de Expectativas Racionales". Ésta sostenía que los participantes del mercado no ignoran las predicciones futuras de la economía, anticipándose racionalmente a los efectos de las políticas gubernamentales. Dado esto, Friedman propuso la aplicación de una regla monetaria que consiste en adoptar una tasa de crecimiento del dinero a una tasa constante; por ejemplo, similar a la tasa del crecimiento del PIB.
Otro aporte de Milton Friedman fue rechazar la idea de muchos economistas de que la existencia de inflación permitía disminuir el desempleo. Para él, la tasa de desempleo está determinada simplemente por factores institucionales, como las presiones sindicales y la existencia de salarios mínimos.
Friedman entró a la historia por haber recibido en 1976 el Premio Nobel de Economía. Sin embargo, sus teorías económicas han tenido fuerte rechazo y en los pocos lugares que se han aplicado fueron la causa directa de crisis económicas de proporciones como en Chile en la década de los ’80 y Argentina en los ’90.